A ti, Señora y del Silencio y de la Espera serena, a Ti María que siempre estuviste dispuesta a decir Si a la Voluntad de Dios, te pedimos que no dejes de interceder a favor de Tus hijos para que cumplan fielmente la misión que les fue confiada en el Reino.
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A Ti Virgen Madre, que concebiste primero en Tu corazón y luego en Tu seno virginal a Jesús, haz que nuestras almas se llenen en la Gracia del Espíritu Santo, como Tu vida se llenó de Su gracia.
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Preséntanos a Jesús, así como lo presentaste a los pastores y a los Reyes, enséñanos el camino hacia El, ayúdanos a contemplar el gran misterio de Su amor.
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María, Madre de Misericordia ruega por nosotros a Nuestro Señor Jesucristo.
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¡Oh Jesús! Ven a vivir en Tus siervos, en el Espíritu de Tu Santidad, en la Plenitud de Tu poder, en la Verdad de tus virtudes, en la Perfección de Tus caminos, vence al enemigo con el poder de Tu Espíritu para la gloria del Padre.
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Jesús, Hijo de María, tómame como hijo Tuyo, Jesús Príncipe de la paz.
Jesús, mi Redentor, sálvame.
Jesús mi único juez perdóname.
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A Ti Virgen Madre, que concebiste primero en Tu corazón y luego en Tu seno virginal a Jesús, haz que nuestras almas se llenen en la Gracia del Espíritu Santo, como Tu vida se llenó de Su gracia.
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Preséntanos a Jesús, así como lo presentaste a los pastores y a los Reyes, enséñanos el camino hacia El, ayúdanos a contemplar el gran misterio de Su amor.
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María, Madre de Misericordia ruega por nosotros a Nuestro Señor Jesucristo.
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¡Oh Jesús! Ven a vivir en Tus siervos, en el Espíritu de Tu Santidad, en la Plenitud de Tu poder, en la Verdad de tus virtudes, en la Perfección de Tus caminos, vence al enemigo con el poder de Tu Espíritu para la gloria del Padre.
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Jesús, Hijo de María, tómame como hijo Tuyo, Jesús Príncipe de la paz.
Jesús, mi Redentor, sálvame.
Jesús mi único juez perdóname.
