Ven y sálvanos

Ven y sálvanos

de nuestra ceguera
para descubrirte presente, en la Eucaristía, en el prójimo, dentro de mi.
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Ven y sálvanos

de nuestra pereza para caminar contigo,
de nuestras excusas para alejarnos de ti.
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Ven y sálvanos

de nuestra sordera a tu palabra,
de nuestros desplantes injustificados, de nuestro gusto por el hombre viejo.
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Ven y sálvanos

de nuestra dureza para comprender las Escrituras,
de nuestras luchas por los primeros puestos, de nuestra desconfianza.
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Ven y sálvanos

de nuestra comodidad puesta como valor primordial,
de nuestra falta de comprensión hacia los otros, de nuestro egoísmo.
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Ven y sálvanos

de nuestra superficialidad,
de nuestra insensibilidad por lo espiritual,
de nuestra pérdida de sentido.
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Ven y sálvanos

de los dioses que nos hemos fabricado,
de la rutina que nos aprisiona, de nuestras miras pequeñas.
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Ven y sálvanos

Dios salvador nuestro, Dios amigo nuestro,
Dios anunciado por Jesús. Amén