Quiere mucho a San José, quiérele con toda tu alma, porque es la persona que, con Jesús, más ha amado a Santa María y el que más ha tratado a Dios: el que más le ha amado, después de nuestra Madre.
Se merece tu cariño, y te conviene tratarle, porque es Maestro de vida interior, y puede mucho ante el Señor y ante la Madre de Dios.
(San Josemaría, Forja 554)
*
PRIMER DOMINGO
*
El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su inmaculada esposa.
*
La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la encarnación.
*
Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la
de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!
*
Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
SEGUNDO DOMINGO
*
El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.
*
La alegría: al escuchar el coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.
*
Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padreadoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentiste viendo nacer al niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
*
Por este dolor y gozo alcánzanos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.
Padrenuestro, Ave y Gloria
*
TERCER DOMINGO
*
El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
*
La alegría: dada con el nombre de Jesús.
*
Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión te traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, te confortó y llenó de alegría.
*
Por este dolor y este gozo alcánzanos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
CUARTO DOMINGO
*
El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.
*
La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables almas.
*
Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María te causó dolor mortal, sin embargo te llenó también de alegría, anunciándote la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.
*
Por este dolor y por este gozo consíguenos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
QUINTO DOMINGO
*
El dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en el viaje a Egipto.
*
La alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de Egipto.
*
Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufriste teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en tu huida a Egipto!, pero cuán grande fue también tu alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.
*
Por este dolor y este gozo, alcánzanos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y muramos gozosos en su amor.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
SEXTO DOMINGO
*
El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.
*
La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza
establecida por el Ángel.
*
Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudiste admirar al Rey de los cielos, sometido a tus más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, viviste dichoso en Nazaret con Jesús y María.
*
Por este dolor y este gozo, alcánzanos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
SÉPTIMO DOMINGO
*
El dolor: cuando sin culpa pierde a Jesús, y lo busca con angustia por tres días.
*
La alegría: al encontrarlo en medio de los doctores en el Templo.
*
Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa al Niño Jesús, le buscaste durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallaste en el templo, en medio de los doctores.
*
Por este dolor y este gozo, te suplicamos interceda en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haz que le busquemos hasta encontrarle sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
ORACIÓN
*
¡Oh Dios, que en tu inefable providencia te has dignado elegir a San José,esposo de la Santísima Madre de tu Hijo y padre putativo de Jesús!Concédenos, te suplicamos, que al que veneramos como protector en latierra, merezcamos tenerlo por intercesor en los cielos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Se merece tu cariño, y te conviene tratarle, porque es Maestro de vida interior, y puede mucho ante el Señor y ante la Madre de Dios.
(San Josemaría, Forja 554)
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PRIMER DOMINGO
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El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su inmaculada esposa.
*
La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la encarnación.
*
Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la
de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!
*
Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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SEGUNDO DOMINGO
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El dolor: al ver nacer el niño Jesús en la pobreza.
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La alegría: al escuchar el coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.
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Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padreadoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentiste viendo nacer al niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
*
Por este dolor y gozo alcánzanos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.
Padrenuestro, Ave y Gloria
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TERCER DOMINGO
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El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
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La alegría: dada con el nombre de Jesús.
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Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión te traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, te confortó y llenó de alegría.
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Por este dolor y este gozo alcánzanos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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CUARTO DOMINGO
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El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.
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La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables almas.
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Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María te causó dolor mortal, sin embargo te llenó también de alegría, anunciándote la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.
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Por este dolor y por este gozo consíguenos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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QUINTO DOMINGO
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El dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en el viaje a Egipto.
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La alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de Egipto.
*
Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufriste teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en tu huida a Egipto!, pero cuán grande fue también tu alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.
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Por este dolor y este gozo, alcánzanos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y muramos gozosos en su amor.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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SEXTO DOMINGO
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El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.
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La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza
establecida por el Ángel.
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Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudiste admirar al Rey de los cielos, sometido a tus más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, viviste dichoso en Nazaret con Jesús y María.
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Por este dolor y este gozo, alcánzanos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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SÉPTIMO DOMINGO
*
El dolor: cuando sin culpa pierde a Jesús, y lo busca con angustia por tres días.
*
La alegría: al encontrarlo en medio de los doctores en el Templo.
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Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa al Niño Jesús, le buscaste durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallaste en el templo, en medio de los doctores.
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Por este dolor y este gozo, te suplicamos interceda en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haz que le busquemos hasta encontrarle sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
*
ORACIÓN
*
¡Oh Dios, que en tu inefable providencia te has dignado elegir a San José,esposo de la Santísima Madre de tu Hijo y padre putativo de Jesús!Concédenos, te suplicamos, que al que veneramos como protector en latierra, merezcamos tenerlo por intercesor en los cielos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.