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La Alegría




Una persona alegre obra el bien, gusta de las cosas buenas y agrada a Dios.
En cambio, el triste siempre obra el mal.
PASTOR DE HERMAS
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Nuestro Salvador ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa. Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida.
SAN LEÓN MAGNO
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No dijo San Pablo que el reino de Dios consistía en la alegría de una manera general y absoluta, sino que precisa y especifica que se trata de una alegría o gozo en el Espíritu Santo. El sabía de sobra que existe otra alegría, una alegría reprensible de la cual está escrito: El mundo se alegrará.
(Lc 6, 25; Jn 16, 20)
CASIANO

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El camino de Dios es de renuncia, de mortificación, de entrega, pero no de tristeza o de apocamiento.
J. ESCRIVA DE BALAGUER

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La alegría cristiana es una realidad que no se describe fácilmente, porque es espiritual y también forma parte del misterio. Quien verdaderamente cree que Jesús es el Verbo Encarnado, el Redentor del Hombre, no puede menos de experimentar en lo intimo un sentido de alegría inmensa, que es consuelo, paz, abandono, resignación, gozo.

¡Testimoniad vuestra alegría! ¡Habituaos a gozar de esta alegría!
JUAN PABLO II
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La alegría espiritual es el principal remo en esta navegación nuestra.
SAN PEDRO DE ALCÁNTARA
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Una persona alegre obra el bien, gusta de las cosas buenas y agrada a Dios. En cambio, el triste siempre obra el mal.
PASTOR DE HERMAS
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Vuestras pequeñas cruces de hoy pueden ser sólo una señal de mayores dificultades futuras. Pero la presencia de Jesús con nosotros cada día hasta el fin del mundo (Mt 28, 20) es la garantía más entusiasta y, al mismo tiempo, más realista de que no estamos solos, sino que Alguien camina con nosotros como aquel día con los dos entristecidos discípulos de Emaús (cfr. Lc 24, 13 ss)
JUAN PABLO II
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Los santos, mientras vivían en este mundo, estaban siempre alegres, como si siempre estuvieran celebrando la Pascua.
SAN ATANASIO
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Los seguidores de Cristo viven contentos y alegres y se glorían de su pobreza más que los reyes de su diadema.
SAN JUAN CRISÓSTOMO
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"Quien practique la misericordia-dice el Apóstol-, que lo haga con alegría": esta prontitud y diligencia duplicarán el premio de tu dádiva. Pues lo que se of rece de mala gana y por fuerza no resulta en modo alguno agradable ni hermoso.
SAN GREGORIO NACIANCENO
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Si dieres el pan triste, el pan y el mérito perdiste
SAN AGUSTIN
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Sin lucha, no se logra la victoria; sin victoria, no se alcanza la paz. Sin paz, la alegría humana será sólo una alegría aparente.
J. ESCRIVA DE BALAGUER
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El amor produce en el hombre la perfecta alegría. En efecto, sólo disfruta de veras el que vive en caridad.
SANTO TOMAS
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En la tierra hasta la alegría suele parar en tristeza; pero para quien vive según Cristo, incluso las penas se truecan en gozo.
SAN JUAN CRISÓSTOMO
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Porque el reino de Dios está dentro de vosotros. Quizás da a conocer que el reino de los cielos está en nosotros para manifestar la alegría que produce en nuestras almas el Espíritu Santo; ella es como la imagen y el testimonio de la constante alegría que disfrutan las almas de los santos en la otra vida.
SAN GREGORIO DE NISA
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Si tenemos fija la mirada en las cosas de la eternidad, y estamos persuadidos de que todo lo de este mundo pasa y termina, viviremos siempre contentos y permaneceremos inquebrantables en nuestro entusiasmo hasta el fin. Ni nos abatirá el infortunio, ni nos llenará de soberbia la prosperidad, porque consideraremos ambas cosas como caducas y transitorias
CASIANO
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El gozo en el Señor debe ir creciendo continuamente, mientras que el gozo en el mundo debe ir disminuyendo hasta extinguirse. Esto no debe entenderse en el sentido de que no debamos alegrarnos mientras estemos en el mundo, sino que es una exhortación a que, aun viviendo en el mundo, nos alegremos ya en el Señor
SAN AGUSTIN
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Entonces será la alegría plena y perfecta, entonces el gozo completo, cuando ya no tendremos por alimento la leche de la esperanza, sino el manjar sólido de la posesión. Con todo, también ahora, antes de que esta posesión llegue a nosotros, antes de que nosotros lleguemos a esta posesión, podemos alegrarnos ya con el Señor. Pues no es poca la alegría de la esperanza, que ha de convertirse luego en posesión.
SAN AGUSTIN
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Cada vez que nos reunimos en la Eucaristía somos fortalecidos en la santidad y renovados en la alegría, pues la alegría y la santidad son el resultado inevitable de estar más cerca de Dios. Cuando nos alimentamos con el pan vivo que ha bajado del cielo, nos asemejamos más a nuestro Salvador resucitado, que es la fuente de nuestra alegría, una alegría que es para todo el pueblo (Lc 2, 10). Que la alegría y la santidad abunden siempre en vuestras vidas y florezcan en vuestros hogares. Y que la Eucaristía sea el centro de vuestra vida, la fuente de vuestra alegría y de vuestra santidad JUAN PABLO Il
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Siempre estarás gozoso y contento, si en todos los momentos diriges a Dios tu vida, y si la esperanza del premio suaviza y alivia las penalidades de este mundo.
SAN BASILIO